Antonio Saura, Teo Puebla y Salvador Dalí
Antonio Saura (1930 - 1998). Comenzó a pintar y a escribir de forma autodidacta durante una larga enfermedad juvenil. Atraído inicialmente por el surrealismo, tras su primer viaje a París en 1953, se alejó de él seducido por el informalismo que tiene ocasión de conocer allí. A partir de 1959 se dedicó a una prolífica obra gráfica: la ilustración es una de las mayores facetas de su obra, tanto por su amplitud como por su inventiva y su diversidad. Ilustró de manera original numerosos libros como Don Quijote, de Cervantes; 1984, de Orwell; Pinocho en la adaptación de Nöstlinger, Tagebücher de Kafka, Tres visiones de Quevedo, y otros muchos.
Teo Puebla (1943- ). De formación autodidacta, es simultáneamente pintor e ilustrador de libros, aunque es a esta segunda faceta a la que se dedica más intensamente, sobre todo ilustrando libros infantiles y juveniles. Pintor expresionista, aunque su pintura es de tonos suaves y contienen una buena dosis de lirismo, con frecuencia refleja la angustia y suelen ser los niños los protagonistas de las obras. Ha recibido numerosos premios entre ellos el Premio Nacional de Ilustración 1982. Con motivo del V Centenario de la publicación de La Celestina realizó las ilustraciones para una edición conmemorativa de dicha obra por iniciativa del Ayuntamiento de la Puebla de Montalbán, su pueblo natal.
La vida es sueño, obra de teatro barroca del dramaturgo, estrenada en el año 1635, y cuya temática principal es la de la libertad frente al destino personal y la concepción de la vida como si ésta fuera un sueño. Se trata de una serie de 16 grabados realizados en torno al autor del siglo XVII, que al igual que el creador plástico de la pasada centuria, confieren a la representación e iconografía escénica un papel relevante para la transmisión de su concepto vital y artístico, singular en el caso de ambos creadores, dos de las figuras de la cultura española con mayor proyección internacional.